martes, 22 de septiembre de 2015

Desayuno

Y esta mañana, como siempre, la muy hija de puta bajó del techo y se metió por la ventana mientras yo desayunaba. Esta vez, traía en la boca una paloma degollada que todavía movía las alas espasmódicamente. Me dio tanta impresión...  
Y... los gatos de por sí son cazadores. Y las gatas más todavía.  
Ojalá te estuviera hablando de mi gata.