jueves, 23 de agosto de 2012

Homenaje

Estamos aplaudiendo hace diez minutos. No podemos parar, estamos obligados. Tenemos las palmas rojas pero seguimos. Ya van treinta minutos. Algunos están lastimados. Mas sabemos que el castigo a la desobediencia podría ser severo. Una hora. A todos nos sangran las manos. El agasajado toma el micrófono. Dice que no exageremos, que se nota. Seguimos aplaudiendo.

12 comentarios:

  1. Retorcida historia, con una situación psicológica de espanto y un homenajeado que deja mucho para imaginar.

    Pienso yo, ¿por qué merecerá tantos aplausos o siquiera un homenaje?

    Saludos.

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    1. Gracias, Melvin, por tu comentario.
      Es muy interesante poder encontrarse con el rebote que un texto que uno lanzó ha tenido en los lectores. Me gusta la descripción que hacés de la "situación psicológica de espanto". Creo que está bueno poder generar esas sensaciones con tan pocas palabras (y de ahí la fuerza de la microficción: el texto no queda sólo en la imagen de efecto inmediato, sino que debe dejar al lector rumiando algo más, desentrañando y dándole forma definitiva al texto).
      Un abrazote!

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  2. Uf, no sé quién será ese homenajeado, pero el miedo que se destila de los que aplauden no habla muy bien de él. Desde luego no me gustaría cruzármelo en mi vida.

    Saludos Leo,

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    1. A mí tampoco me gustaría cruzármelo, Yashira. Aunque tampoco me gustaría cruzarme con los que se encargan de controlar que no se produzcan desobediencias: creo que pueden llegar a ser aún peores.
      Gracias por comentar. Un abrazo.

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  3. ¡Soberbio, Leo!

    Este micro retrata lo más duro del sometimiento. Lamentablemente, hay demasiada gente en el mundo que podría firmarlo en primera persona.

    Mis aplausos para una pieza fantástica.

    Un abrazo,

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    1. Gracias, Pedro!
      Es cierto. Creo que lo más duro del sometimiento es la resignación, la naturalización del sometido.
      Nos seguimos leyendo.
      Un abrazo.

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  4. Espectacular! no puedo dejar de aplaudir... Maldito.
    Saludos

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    1. Jajajaja!
      Espero que nadie te esté obligando a hacerlo...
      Gracias, Sandro. Siempre son un halago tus visitas y tus comentarios.
      Un abrazo grande!

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  5. Dándole una vuelta al texto,ignorando la verdadera intención con la que nació, entre tanto palmero, tanta adulación, tanta aparente satisfacción también se consigue (pese a que no lo comparta), que el enemigo se relaje y se ahogue en su propia arrogancia, en su débil mediocridad.

    Desconfía de los aduladores (siento por tanto no poder felicitarte.

    Una perta.

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    1. Gracias, Cortacuentos!
      Es interesante la lectura que hacés. La verdad, no se me había ocurrido ir por ese lado. Pero una vez que uno publica, el texto, sobre todo si es una micro, deja de ser sólo de uno para pasar a ser también construcción del lector.
      Gracias por pasar y comentar.
      Un abrazo.

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  6. Leí varios de tus microrrelatos, me han gustado mucho. Los finales son muy buenos.

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